Paul McCartney revela detalles inéditos de su arresto en Japón y su hija lo ridiculiza
En su nuevo libro de memorias Wings: The Story of a Band on the Run (Liveright), el ex Beatle Paul McCartney revela detalles nunca antes contados sobre su arresto por posesión de marihuana en Japón en 1980, un incidente que tuvo consecuencias económicas devastadoras para su carrera musical.
El costoso error que canceló una gira millonaria
El 16 de enero de 1980, McCartney llegó al aeropuerto de Narita, Tokio, para iniciar una gira de once conciertos con su banda Wings que prometía generar millones de dólares en ingresos. Sin embargo, los agentes de aduana encontraron casi media libra de marihuana en su equipaje, lo que resultó en la cancelación inmediata de toda la gira japonesa.
"Estábamos a punto de volar a Japón y sabía que allí no podría conseguir nada para fumar. Esta hierba era demasiado buena como para tirarla por el retrete", confiesa el músico en su libro, reconociendo la ingenuidad de su decisión.
El error fue aún más grave considerando las estrictas leyes japonesas sobre drogas, que pueden imponer hasta siete años de trabajos forzados por posesión de cannabis. McCartney admite: "Puse una enorme bolsa de marihuana justo encima del equipaje. ¿Por qué no la escondí dentro de un suéter?"
Testimonio familiar del impacto económico
Su hija Mary McCartney recuerda el momento de tensión: "Solo sé que les dijeron a mamá y papá: '¿De quién es esto?'. Y ellos se miraron como diciendo: '¿Quién va a hacerse cargo? Porque uno de nosotros debe quedarse con los niños'. Papá dijo que sería él, y entonces se lo llevaron".
Stella McCartney, entonces de nueve años, ironiza sobre la situación: "Recuerdo que el guardia abrió la maleta y cogió una bolsa llena de marihuana del tamaño de una almohada. Incluso un niño de nueve años habría podido esconderla mejor que mis padres".
Las consecuencias financieras del arresto
McCartney fue arrestado y trasladado a una celda de cuatro por ocho pies, donde permaneció nueve días bajo condiciones extremas. "Tenía que limpiar la celda con un trapo húmedo y lavarme con el agua de la cisterna que había detrás del inodoro. Nos dejaban bañarnos una vez a la semana", recuerda.
El músico confesó haber sentido temor durante su encarcelamiento: "Me bañaba con ropa porque temía ser agredido sexualmente", admite en el libro.
Durante su detención, McCartney recurrió a la música como mecanismo de supervivencia, organizando pequeñas sesiones de canto con otros reclusos y convirtiendo "los saludos japoneses en canciones improvisadas".
Impacto a largo plazo en la industria musical
Las consecuencias del incidente fueron inmediatas y duraderas: la cancelación de la gira japonesa de Wings, el distanciamiento con el mercado asiático y, poco después, la disolución definitiva de la banda. Esto representó pérdidas millonarias en ingresos potenciales y daño a la reputación comercial del artista.
En su libro, McCartney también aborda otros momentos turbulentos de su carrera post-Beatles, incluyendo las críticas destructivas de la prensa, como la demoledora reseña de Rolling Stone sobre su álbum Ram, y los desafíos financieros que enfrentó mientras reconstruía su reputación en la industria.
"Fue la cosa más loca que me pasó en la vida", escribe McCartney, quien hoy ve aquel episodio con distancia y autocrítica. Como concluye su hija Stella con humor: "hasta un niño de nueve años lo habría escondido mejor".
El incidente se ha convertido en una lección sobre los riesgos que enfrentan los artistas internacionales cuando no consideran las diferencias legales entre países, especialmente en mercados asiáticos con regulaciones estrictas.